Cuando $30 mil millones no son $30 mil millones – Como muchos delegados habrán imaginado, ECO ha estado echándole un vistazo de cerca a la entrega del Financiamiento de Rápido Arranque, mientras su plazo llega a su fin este año. Aparte del hecho de que la gran mayoría del financiamiento no es nuevo ni adicional, ECO también reparó en que los países en general han hecho sus propias reglas en cuanto a lo que deben incluir en sus informes. EE.UU., por ejemplo, incluyó dinero para programas de seguridad alimentaria como adaptación, además de la financiación del crédito a la exportación (que huele un poco a subvención a empresas de EEUU). Japón incluyó miles de millones de dólares de financiamiento privado en su promesa. En una situación como esta, a ECO le resulta muy difícil comparar significativamente el desempeño de los países sobre la base de sus informes. ECO ahora entiende cómo los países en desarrollo deben sentirse en la búsqueda de confianza (y dinero), ambos de los cuales escasean en este proceso. Mientras el período de financiación posterior a 2012 está a punto de comenzar, la niebla de las finanzas debe ser despejada.
Cómo asegurar que $100 mil millones sean efectivamente $100 mil millones – Afortunadamente, ECO ve la luz al final del túnel. El progreso puede lograrse mediante dos frentes en Doha. Por un lado, el LCA podría acordar qué flujos de financiamiento pueden ser legítimamente reportados como apoyo a medidas de mitigación y adaptación en países en desarrollo. Esta discusión ha sido hábilmente evitada por años. Al entrar en una nueva era de finanzas (ECO espera que todos están de acuerdo), sólo deben contar aquellas que sean adicionales a los esfuerzos para cumplir las promesas de ayuda existentes. Para reflejar la verdadera contribución de los países desarrollados que sustentan los préstamos reembolsables, sólo su equivalente de subvención debería contar, y en todo caso, sólo el apoyo especifico para el clima dentro de un programa financiado. En el caso de la financiación privada de apalancamiento, solo debería contar el esfuerzo demostrable realizado por países desarrollados. Si a nuestros delegados del MRV les resulta demasiado difícil resolver todo esto en detalle en Doha, el Comité Permanente debería encargarse de determinar qué financiamiento climático cumple con los acuerdos establecidos en la Convención.
También en esta COP, el SBSTA está considerando la posibilidad de un formato común para los informes tabulares (CTF), incluyendo informes financieros. Si bien no se opone a un acuerdo eventual respecto de lo que se considera financiamiento climático, las tablas proporcionan la oportunidad de mejorar la transparencia. ECO ha ganado un poco de experiencia mirando el Financiamiento de Arranque Rápido y llega a la conclusión de que todas las tablas CTF acordadas en Doha deben ser suficientemente robustas como para ponernos en una posición adecuada para crear mayor confianza entre las Partes, asegurar que el financiamiento fluya más transparentemente, y que las acciones apoyadas puedan ser verificadas, tanto por los países desarrollados como en desarrollo. Para ello, las tablas CTF para la financiación deben incluir listados de las acciones financiadas, su relación con los actuales compromisos de ayuda del 0,7%, la cantidad climática específica y deberían también solicitar aclaraciones respecto al equivalente de subvención de las finanzas en el caso de los préstamos, garantías u otros instrumentos que no sean subvenciones financieras. Por cierto, la financiación privada no debe incluirse conjuntamente en los reportes de financiamiento público. Los países en desarrollo necesitan previsibilidad de los flujos financieros en los próximos años. El Financiamiento de Rápido Arranque nos ha demostrado que grandes compromisos por sí solos no son suficientes. Asegurar de que no habrá más trucos contables es también un paso crucial para llenar la brecha financiera.