En el rico tapiz de la sabiduría africana, los proverbios se han utilizado durante mucho tiempo para transmitir ideas complejas a través de metáforas sencillas y poderosas. Exploremos la necesidad crítica de un marco sólido para el Objetivo Global de Adaptación (GGA) a través de la lente de un proverbio africano:
«Como el árbol baobab se yergue robusto, ramificándose hacia el cielo, así debe ser nuestro marco de AGG: robusto y llegando alto».
Al igual que un árbol baobab sostiene muchas ramas con su tronco vasto y robusto, un marco sólido de AGG debe apoyar una serie de acciones y objetivos. Un árbol sin raíces no puede mantenerse en pie, del mismo modo que un marco sin un apoyo y unos objetivos sólidos, incluidos los medios de ejecución, está incompleto. Al igual que un árbol que crece pero no da frutos, un marco con objetivos pero sin parámetros para medir los progresos tampoco cumple su propósito.
Nos encontramos en una encrucijada, como un viajero al borde de la sabana, con un estrecho camino que conduce a 2040. Este camino es nuestra oportunidad para adaptarnos a todos los niveles con la escala y la urgencia necesarias. Nuestro marco de AGA debe ser como un viaje bien planificado: con propósito, con principios, que abarque todas las dimensiones y temas, y que tenga en cuenta las cuestiones transversales que se entrecruzan como las raíces del gran baobab.
En la sabiduría africana, menos acción se asemeja a menos lluvia para las cosechas: cuanto menos nos adaptamos, más nos arriesgamos a traspasar los límites de la adaptación, lo que provoca pérdidas y daños irreparables. Un marco sólido de GGA ayuda a protegernos de los duros vientos del cambio. Pero la cruda realidad del déficit de financiación de la adaptación se cierne sobre nosotros como una estación seca que amenaza nuestra cosecha. La necesidad de apoyo financiero es tan crucial como la necesidad de lluvia en una sequía.
El mensaje de ECO resuena fuerte y claro como el ritmo del tambor del djembé: el marco de las AGG es una herramienta para que todos -comunidades, partidos, partes interesadas- mejoremos nuestra capacidad colectiva. Sin ella, corremos el riesgo de no cumplir el Acuerdo de París, como un pescador que se adentra en el mar sin arreglar los agujeros de su red. Como los ancianos de la aldea que ofrecen consejo y sabiduría, la GGA encarna el multilateralismo climático, escuchando y aportando soluciones a los más vulnerables La GGA ayuda a formar un tapiz más amplio, entretejiendo los hilos de otros acuerdos e iniciativas internacionales.
El desarrollo y la aplicación del marco GGA deben ser ambiciosos y acelerados. Es un proceso colectivo de aprendizaje y adaptación, muy parecido al intercambio comunitario de historias y sabiduría bajo el árbol baobab. Este viaje no consiste únicamente en llegar a un destino, sino en reforzar la confianza y la unidad de nuestra aldea global mientras afrontamos juntos los retos del cambio climático.