En Vanuatu, saboreamos las cosas buenas de la vida. En las Islas del Pacífico, amamos los océanos y los bosques de nuestro entorno natural, nos educamos en nuestras costumbres y respetamos nuestra forma de vida tradicional. Vemos cosas y hacemos cosas a la manera de nuestra isla, la forma en que nuestros antepasados, nuestros abuelos y nuestros padres nos enseñaron. Con respeto por la tierra en que vivimos, cuidamos nuestro medio ambiente. Respetando a las generaciones futuras, preservamos los recursos que nuestro medio ambiente nos brinda.
La cesta tejida local simboliza la unidad en Vanuatu. Nuestras canastas, hechas con hojas de pandanus y siglos de destreza en el tiempo, son más que herramientas para almacenar y transportar alimentos, reflejan la belleza de nuestras madres y hermanas y mantienen nuestro conocimiento local para luego compartirlo con nuestros hijos y nietos. Nuestras canastas cuentan la historia de nuestra relación tradicional con nuestro entorno. El mundo natural nos proporciona lo que necesitamos, y sustentamos y enriquecemos nuestras vidas con esos recursos, tejiendo nuestra cultura e historias en armonía con nuestro entorno.
La gravedad del ciclón Pam, de categoría 5, ahora es atribuida por los científicos al cambio climático. Eliminó por completo los árboles pandanus en 22 islas, afectando a más de 190,000 personas. Los desastres relacionados con el clima y las sequías están causando pérdidas irreparables a nuestros pandanus, y las bolsas de plástico están reemplazando nuestras canastas. Las consecuencias del cambio climático están impactando nuestras vidas y nuestro futuro.
Reconocer nuestra humanidad común nos permite mantenernos firmes y con una sola voz: demandemos cero emisiones netas de carbono. Somos la gente de Vanuatu. Somos ciudadanos de este planeta tierra. Tenemos el mismo derecho que los demás a vivir y disfrutar de nuestro entorno.
Eddy Malilu, CARE Vanuatu