De acuerdo con los últimos hallazgos del IPCC, los bosques y el uso de la tierra conforman colectivamente el 24% de las emisiones mundiales (de 10 a 12 Gton CO2e por año). Esto es, por lejos, la mayor fuente de emisiones en ciertas regiones, especialmente América Latina, África Central y el Sudeste Asiático. En Brasil, más del 61% de las emisiones de GEI proviene de bosques y actividades granjeras.
Encarar estas emisiones es algo crucial para cortar la brecha de emisiones de 8 – 12 Gton CO2e en 2020 lo que significaría un incremento térmico mundial de más de 1,5°C. Acciones enfocadas en regiones clave pueden dar reducciones de emisión inmediatas para el período 2015-2020 mientras las necesarias reformas en otros sectores estén en proceso. Sería una ayuda enorme si seguimos con que el pico de emisión sea antes del 2020.
El “Workstream 2 del ADP brinda la oportunidad de cortar rápidamente las emisiones en los escenarios de alto contenido de carbón como bosques, turberas, manglares y otros humedales. Toda vez que esos ecosistemas son severamente degradados o perdidos, muchas de sus potenciales reducciones de emisión se convierten en cosas del pasado. Medidas para conservar esos ecosistemas brindan muchos beneficios adicionales como mejorar la biodiversidad, asegurar los modos de vida de las comunidades locales y mantener la resiliencia. Una manera de llevar a cabo tod esto es priorizando REDD+ como una acción inmediata, a financiar antes de 2020. Mecanismos como el REDD+ están bien ubicados para ayudar a reducir emisiones en el período 2015.2020, especialmente si se adopta el abordaje de paisajes y se integra con amplias estrategias de usos sustentable del suelo.
Las actividades de uso del suelo en ambos “Workstream” del ADP pueden seguir un abordaje basado en el derecho, para encarar cuidadosamente la seguridad alimentaria y los derechos a la tierra, particularmente en países en desarrollo. Si quiere saber más, un guía útil la constituye el reporte de CAN sobre principios para las estimaciones bajo el ADP.