ARABIA SAUDITA
Arabia Saudita en nombre del Grupo Árabe
Es genial ser consistente, confiable es bueno, ¿verdad? Parece que los viejos hábitos no mueren, especialmente si tus aliados te dejan la puerta abierta…
Entonces, dado que estamos en la COP 24, no es de extrañar que haya algunos infractores reincidentes.
Este Fósil es para la voz más consistente, insistente y persistente en socavar la ambición en las negociaciones en lo que va de esta semana: Arabia Saudita. El martes, una intervención de Arabia Saudita en nombre del Grupo Árabe, resumió su enfoque general.
En la sesión sobre el Balance Mundial, Arabia Saudita, pidió que se elimine el término «mecanismo de ambición» en el preámbulo del texto, con el argumento de que evalúa previamente el resultado del GST. El IPCC SR 1.5 y todo el Acuerdo de París dejan claro que necesitamos mucha más ambición climática si queremos cumplir los objetivos a largo plazo del acuerdo.
Los esfuerzos saudíes por socavar la ambición no se detienen allí. Arabia Saudita (hablando en nombre de países en desarrollo o LMDC para aquellos que no lo saben) se opone al acuerdo sobre cualquier información nueva para que las NDC promuevan la claridad, la transparencia y el entendimiento, y apoya un resultado de «no texto». Arabia Saudita, y los grupos Árabe y LMDC han pedido en repetidas ocasiones la ratificación de las Enmiendas de Doha, a pesar de que la propia Arabia Saudita ha omitido ratificarlas.
Podríamos continuar, pero está más que claro que Arabia Saudita está de vuelta con sus viejos trucos e inventando algunos nuevos, a través de la creación de alianzas y el desarrollo de estrategias que socavan la ambición y continúan calentándose hasta el 1.5 °C. ¡Bienvenido de vuelta a la tabla de premiación, Arabia Saudita!
BRASIL
¿Qué te pasó, Brasil?
El lugar de nacimiento de la convención sobre el clima de la ONU, alguna vez aclamado por sus espectaculares avances en la reducción de la deforestación y la mitigación del calentamiento global, se ha convertido en el hazmerreír de los negociadores en Katowice.
Apenas diez días antes de la COP 24, el presidente electo de Brasil, capitán del ejército Jair Bolsonaro, canceló la oferta de ser anfitrión de la COP 25 el año que viene, porque leyó en WhatsApp que el Acuerdo de París es una amenaza para la soberanía de Brasil. Uhm, sí, eso suena legítimo.
Y si cree que es una pena, considere por un minuto al canciller designado de Brasil, Ernesto Araújo, un hombre cuyo modelo a seguir es Donald Trump y quien escribió que el cambio climático es parte de un plan marxista para transferir el poder a China. ¡Alguien por favor prevenga a Angela Merkel!
Los planes de Bolsonaro para la selva amazónica, sin embargo, no son motivo de risa. Prometió terminar con el control de la deforestación, abrir las tierras indígenas para grandes negocios, eliminar las licencias ambientales e incluso cerrar el ministerio de Medio Ambiente. Los criminales ambientales escuchan atentamente: entre agosto y noviembre, las tasas de deforestación aumentaron en un 32%, y un estudio reciente estima que podría alcanzar los 25 mil kilómetros cuadrados al año, con emisiones resultantes de 3 MIL MILLONES de toneladas de dióxido de carbono. Eso es chau a 1,5 grados.
Pero ante todo, la locura forestal de Bolsonaro está poniendo en peligro a su propio pueblo. El Amazonas exporta la humedad que alimenta las lluvias en el sur del país, donde viven personas y se producen alimentos. Incluso la mitad de las ciudades brasileñas sufrieron estrés hídrico crítico en los últimos cuatro años.
Lo sentimos brasileños, les están avergonzando, Bolsonaro está poniendo en peligro a su gente y amenazando el destino de todo el planeta. ¿Hay algo que merezca más un Fósil?