ECO se mostró encantado de escuchar que decidió parar las garantías de créditos a la exportación para las instalaciones nucleares en el extranjero. Bien hecho por nuestros anfitriones – pero he aquí nuestra primera pregunta:¿por qué tomó 13 años para tomar la consecuencia lógica de la decisión de 2001 de eliminar gradualmente la energía nuclear? Hace sólo tres años, el gobierno conservador- liberal intentó movilizar otros €1300 millones de garantía de exportación de Areva, para construir el reactor nuclear Angra-3 en Brasil. Sólo un fuerte rechazo por el Parlamento y la sociedad civil detuvo ese loco plan.
Hoy en día, Alemania se ha convertido en el país de la Energiewende, y quiere ser visto como el favorito en energía limpia. La energía renovable se está acelerando y ya ha alcanzado una cuota de 27% de la electricidad. La energía renovable es considerada como la columna vertebral de los esfuerzos de Alemania para alcanzar sus objetivos nacionales de reducción de gases de efecto invernadero de un 40% para 2020 y 55% en 2030. La eficiencia energética también necesita un énfasis similar.
Así pues, querido gobierno alemán, si usted decidió que las energías renovables son el camino a seguir, aquí está la segunda pregunta de ECO: ¿Por qué niegas garantías a la exportación de la energía nuclear, pero que todavía das créditos a la exportación de centrales eléctricas a carbón en todo el planeta?
Entre 2007 y 2013, los países desarrollados en conjunto proporcionaron $36 mil millones al carbón, a través de sus agencias de crédito a la exportación nacional. Con créditos a la exportación por valor de casi $3 mil millones, Alemania ocupa el tercer lugar en este sucio ranking. El banco estatal de desarrollo KfW es el conductor de este tipo de apoyo al carbón.
EE UU, Reino Unido, los Países Bajos y varios países nórdicos, así como el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo y el Banco Europeo de Inversiones han decidido finalizar o limitar estrictamente su apoyo para el carbón en el extranjero. Mientras tanto, el KfW sigue dando créditos a centrales eléctricas de carbón y su infraestructura en todo el mundo, por una suma de al menos €2000 millones. Esto significa que la infraestructura de alta emisión estará bloqueando por décadas, lo que socava el objetivo de descarbonizar el suministro de energía lo más rápido posible.
En octubre de 2013, el Secretario General de la OCDE, Ángel Gurría, pidió «a cada gobierno» a cuestionar la ayuda interna y exterior al carbón. La Cumbre del Clima del Secretario General de la ONU en septiembre en Nueva York será el momento perfecto para Alemania y otros países desarrollados para anunciar el fin de su apoyo a centrales eléctricas a carbón y a la infraestructura de los combustibles fósiles. Alemania no debe esperar otros 13 años para llegar a conclusiones que pueden ayudar a salvar el planeta.