En Junio 6, Brasil fue el primer Parte en enviar su reverencia de nivel de emisón REDD+ a la CMNUCC bajo las nuevas reglas establecidas en Varsovia. Debería ser un motivo de celebración: la agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra (AFOLU) constituyen el 24% de las emisiones globales, y Brasil ha estado reduciendo las tasas de deforestación en Amazonia. ECO aplaude el hecho aquí y en otro artículo, aunque Brasil ha tropezado un poco en los últimos años. Pero, cuanto más se observa, más parece este regalo REDD una caja negra.
Brasil ha estado un poco tímido sobre su más reciente logro. De acuerdo con la sociedad civil brasileña, los números detrás de la presentación son sorprendentemente secretos. ¿No hubo consultas abiertas en el país antes de terminar el nivel de referencia?¿No hubo transparencia en torno a los datos utilizados? Pero cuando el Observatorio del Clima de Brasil pidió una copia de la presentación, el orgulloso gobierno brasileño perdió su mojo. De alguna manera, no fue capaz de mostrar la presentación a su propia sociedad civil, en su lugar la dejó en la Secretaría de la CMNUCC para compartirlo a su debido tiempo.
ECO realmente quiere ver a Brasil como un líder, especialmente en la deforestación. Pero en una semana donde la falta de respeto a los observadores se ha vuelto de rigor, la falta de transparencia de Brasil y el fracaso de engancharse con su propia sociedad civil eclipsa su presentación REDD+. Además, ¿cómo evaluar las promesas de los países y cerrar la brecha de gigatoneladas, si todo se mantiene en una caja negra?